Los científicos coinciden en que el riesgo de un cambio climático abrupto es real y que es necesario tomar medidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y mitigar los efectos del cambio climático.
Un equipo de investigadores del Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona (ICM-CSIC) ha identificado dos mecanismos que podrían llevar a un cambio climático abrupto a causa del calentamiento global. Los mecanismos, descritos en un artículo publicado en la revista Nature Climate Change, se basan en la interacción entre el hielo marino y el océano.
El primer mecanismo se basa en la desintegración del hielo marino. El hielo marino refleja la luz solar, lo que ayuda a mantener el planeta fresco. Sin embargo, a medida que el hielo marino se derrite, se expone más agua oscura al océano. El agua oscura absorbe la luz solar, lo que calienta el océano y, a su vez, el aire. Esto podría desencadenar un ciclo de retroalimentación positivo que podría conducir a un calentamiento global abrupto.
El segundo mecanismo se basa en la liberación de metano del permafrost. El permafrost es una capa de suelo congelado que se encuentra en las regiones polares y subpolares. El permafrost contiene grandes cantidades de metano, un gas de efecto invernadero que es 25 veces más potente que el dióxido de carbono. A medida que el permafrost se derrite, libera metano a la atmósfera, lo que contribuye al calentamiento global.
Los investigadores señalan que ambos mecanismos son plausibles y que podrían tener consecuencias devastadoras para el planeta. Sin embargo, también señalan que aún se necesita más investigación para comprender mejor los mecanismos y sus implicaciones.
Otros mecanismos que podrían conducir a un cambio climático abrupto
Además de los mecanismos identificados por los investigadores del ICM-CSIC, existen otros mecanismos que podrían conducir a un cambio climático abrupto. Estos mecanismos incluyen:
- El colapso de las capas de hielo, como la capa de hielo de Groenlandia.
- La liberación de dióxido de carbono de la corteza terrestre.
- La ocurrencia de eventos extremos, como grandes incendios forestales o sequías.