En los últimos años, las franquicias han comenzado a tomar medidas para reducir el desperdicio de alimentos. Estas medidas incluyen la mejora de la planificación y previsión de la demanda, la mejora de los sistemas de almacenamiento y conservación, y la donación de los alimentos a organizaciones benéficas.
El desperdicio de alimentos es un problema global que afecta a todos los países, incluidos los de América Latina. En esta región, se estima que se desperdician alrededor de 127 millones de toneladas de alimentos al año, lo que representa el 12,3% de la producción total.
Las franquicias de la industria alimenticia son uno de los principales actores de este problema. Según un estudio realizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), las franquicias de restaurantes en América Latina desperdician alrededor de 1,8 millones de toneladas de alimentos al año.
Este desperdicio se produce por una serie de factores, entre los que se incluyen:
- La falta de planificación y previsión de la demanda. Las franquicias suelen preparar más comida de la que pueden vender, lo que lleva al desperdicio de los alimentos que no se consumen.
- La falta de sistemas de almacenamiento y conservación adecuados. Los alimentos que no se venden a tiempo pueden estropearse o deteriorarse, lo que los hace inseguros para el consumo.
- Las restricciones normativas. En algunos países, las franquicias están obligadas a desechar los alimentos que no se pueden vender, incluso si todavía están en buen estado.
Las consecuencias del desperdicio de alimentos en las franquicias son significativas. Por un lado, supone un coste económico para las empresas, que tienen que pagar por los alimentos que no pueden vender. Por otro lado, tiene un impacto negativo en el medio ambiente, ya que contribuye a la emisión de gases de efecto invernadero y al uso de recursos naturales.
En los últimos años, las franquicias de la industria alimenticia han comenzado a tomar medidas para reducir el desperdicio de alimentos. Estas medidas incluyen:
- Mejorar la planificación y previsión de la demanda. Las franquicias están utilizando herramientas tecnológicas para predecir la demanda de alimentos y ajustar la producción en consecuencia.
- Mejorar los sistemas de almacenamiento y conservación. Las franquicias están invirtiendo en equipos y sistemas de refrigeración y congelación para conservar los alimentos en buen estado durante más tiempo.
- Donar los alimentos a organizaciones benéficas. Las franquicias están donando los alimentos que no se pueden vender a organizaciones benéficas que los distribuyen a personas necesitadas.
Estas medidas están ayudando a reducir el desperdicio de alimentos en las franquicias, pero aún queda mucho por hacer. Es necesario que las franquicias continúen trabajando para encontrar nuevas soluciones a este problema.
Algunos ejemplos de buenas prácticas
Existen algunas franquicias que están liderando el camino en la reducción del desperdicio de alimentos.
- McDonald's se ha comprometido a reducir el desperdicio de alimentos en un 30% para 2030. La empresa está trabajando en una serie de medidas, entre las que se incluyen la mejora de la planificación de la demanda, la donación de alimentos a organizaciones benéficas y la colaboración con proveedores para reducir el desperdicio en la cadena de suministro.
- Burger King también se ha comprometido a reducir el desperdicio de alimentos. La empresa ha puesto en marcha un programa para donar los alimentos que no se pueden vender a organizaciones benéficas.
- Starbucks ha lanzado una iniciativa para reducir el desperdicio de alimentos en sus tiendas. La empresa está trabajando con sus proveedores para reducir el desperdicio en la cadena de suministro y está educando a sus empleados sobre cómo reducir el desperdicio en las tiendas.
Estas son solo algunas de las muchas franquicias que están trabajando para reducir el desperdicio de alimentos. Estas empresas están demostrando que es posible reducir el desperdicio de alimentos sin comprometer la calidad ni la rentabilidad.