Las tiendas de libros encuentran "más accesible ubicar los títulos, ya que en años anteriores algunos ya no estaban disponibles". Se denuncia la práctica como "competencia desleal" cuando se lleva a cabo a través de instituciones educativas, considerándola una "sobrefinanciación".
Este año, muchos han experimentado dificultades con el regreso a clases. La ausencia de un banco de libros para aquellos que no cuentan con el programa Releo de gratuidad total y la imposibilidad de revender, debido a que todos los ejemplares son nuevos en los cursos de Primaria y se actualiza la mayoría de los libros de Secundaria para cumplir con la nueva Ley de Educación, implica un desembolso económico. El gasto promedio es de más de 200 euros en los cursos de Primaria y cerca de 400 euros en Secundaria.
El portavoz del sector de libros de texto de la Asociación de Libreros de Burgos, Víctor Adot, señala que el aumento de precio en los libros, un gasto obligatorio difícil de asumir para las familias, es particularmente desafiante en Primaria, donde prácticamente todo ha cambiado debido a la nueva normativa educativa. Aunque el margen de ganancia en este tipo de productos es la mitad de lo que se obtiene en Literatura, ayuda a sostener el negocio de las librerías durante el verano y contribuye a la fidelización de clientes durante todo el año.
Adot, propietario de la librería La Llave, destaca que, a pesar de la obligación de renovar los libros, especialmente en Primaria, la búsqueda de los mismos se ha simplificado este año. Sin embargo, el cambio se ha producido de manera abrupta, ya que algunos centros no habían actualizado sus textos en ocho o diez años.
La transición de manuales se ha llevado a cabo con normalidad y sin problemas en los pedidos. En comparación con el año pasado, cuando hubo más complicaciones y dudas con las listas, la renovación completa ha permitido superar la dificultad de encontrar colecciones antiguas que las editoriales producían prácticamente bajo pedido y que eran difíciles de hallar al estar descatalogadas.
En cuanto al gasto promedio, las estimaciones para los libros de texto varían entre 210 euros en Primaria y casi 400 euros en Secundaria. No obstante, estos costos dependen en gran medida de los centros; en un mismo curso de Primaria, hay colegios que solicitan seis libros, mientras que otros pueden requerir hasta 12, y los costos entre un centro y otro pueden oscilar entre 180 y 300 euros.
Releo insuficiente
El programa Releo de la Junta de Castilla y León resulta insuficiente para los beneficiarios del banco de libros, que está ausente en cursos donde todos los manuales son nuevos. Según la Asociación de Libreros de Burgos, el sistema Releo no es el más apropiado, ya que implica que los padres adelanten el dinero y esperen entre uno y dos meses para recibir la ayuda, además de que el banco de libros termina con ejemplares muy antiguos, según la reflexión de Adot.
La preferencia de la asociación se inclina hacia el sistema andaluz, que financia la compra de libros mediante un cheque universal. Este método proporciona libros gratuitos para todos, con un proceso gestionado entre las librerías y la administración. Adot destaca que en este sistema, las familias no adelantan ninguna cantidad, los padres encargan los libros en los establecimientos de su elección y las librerías reciben los pagos de la administración, aunque sea de manera tardía. Además, este enfoque iguala los precios, ya que todos los lotes tienen el mismo costo.
Ante la falta de acceso al banco de libros este año, el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, anunció en su discurso de inicio del curso político una asignación de dos millones de euros para ayudar a la adquisición de libros de texto por parte de los beneficiarios del banco de libros del programa Releo. Este programa afecta a 14,000 familias de la región que no podrán obtener los nuevos ejemplares a través del banco de libros. La consejera de Educación, Rocío Lucas, señaló que este fondo se distribuirá directamente a los colegios para que, a través de ellos, los 14,000 alumnos que lo necesiten puedan acceder a los libros de texto.
Colegios-libreros, competencia desleal
La Asociación de Libreros de Burgos expresa su pesar ante lo que perciben como una "competencia desleal" que persiste. Se refiere a la práctica de editoriales y centros educativos, generalmente concertados, que se dedican a la venta directa de libros. En esta dinámica, los colegios ofrecen los manuales a los estudiantes mediante acuerdos previos con las editoriales. Según la ley del libro, se establece la obligación de adquirir los libros en establecimientos que cumplan con las normativas comerciales, ya sea una cadena de librerías, una librería pequeña, un hipermercado o incluso Amazon, pero no en un colegio que implementa una plataforma para la venta de libros de texto.
Esta práctica, que no se limita a Burgos, se extiende por toda España en colaboración con las editoriales, las cuales resuelven los posibles problemas logísticos que puedan surgir en los centros educativos. Los libreros denuncian que, a pesar de presentarse como una ayuda a los padres, en realidad encubre una sobrefinanciación.
En cuanto a la competencia directa y fuerte de Amazon, la Asociación de Libreros considera que entra dentro de la libertad de elección de los padres para decidir dónde adquirir los libros. Argumentan que las librerías son competitivas en el servicio, ya que en muchas ocasiones logran obtener libros en septiembre que no se han podido conseguir en otros lugares. Destacan la labor de búsqueda y gestión que realizan las librerías para satisfacer las necesidades de los clientes, lo que contribuye a fidelizarlos.
Admiten que los padres ya llegan en julio con la lista de libros, adelantando la adquisición y prolongando la compleja logística durante todo el año. Para muchas librerías de barrio, esta actividad es crucial y "salva el verano".